Mensajes fraudulentos: ¿cómo reconocer un intento de phishing?

El phishing es un tipo de ciberataque cuyo objetivo principal es robar o acceder a los datos personales del usuario, ya sean contraseñas, datos bancarios o números de tarjetas de crédito.

Cada día aparecen nuevas estafas. Son cada vez más sofisticadas y creíbles, y cogen a los consumidores por sorpresa.  En España, circulan con regularidad mensajes fraudulentos que se hacen pasar por organizaciones creíbles para que los consumidores hagan clic en enlaces sospechosos que les piden datos confidenciales o transferencias bancarias. ¿Sabes reconocer un intento de phishing? Descubre cómo actuar en estos casos.
 

Phishing: ¿qué es?

El phishing es un tipo de ciberataque cuyo objetivo principal es robar o acceder a los datos personales del usuario, ya sean contraseñas, datos bancarios o números de tarjetas de crédito. En el phishing, el consumidor puede ser engañado para que comparta sus datos directamente, a través del interlocutor que se hace pasar por una entidad creíble -un banco u otra organización de este tipo- o a través de enlaces fraudulentos.

El tono del mensaje suele ser de necesidad urgente. Las víctimas del phishing creen que tienen que actuar con rapidez para evitar una situación aparentemente grave, y acaban compartiendo información confidencial. Crear una falsa percepción de necesidad es un truco habitual de este tipo de ciberdelincuencia que sigue funcionando, sobre todo cuando la fuente es aparentemente fiable.
 

Mensajes fraudulentos en nombre de entidades creíbles

Uno de los fraudes más recientes que circulan en España son los supuestos mensajes en nombre de entidades conocidas - telecomunicaciones u otra - que llevan los consumidores a caer en burlas.

El gran factor que puede hacer que los consumidores caigan en estas estafas es siempre la credibilidad del remitente. Recibir un mensaje del banco o de la compañia de energía, transmite confianza e incluso puede llevar a los consumidores a hacer clic en el enlace y realizar la transferencia solicitada para liquidar una deuda que no existe.
 

Protégete de posibles fraudes en Internet

Crea contraseñas seguras y cambialas con frecuencia. Tener la misma contraseña para todos los accesos online te convierte en un blanco fácil. Hoy en día existen plataformas seguras en las que puedes guardar tus contraseñas y así evitar usar siempre la misma. Puedes aceptar contraseñas generadas por Google y almacenarlas en plataformas para este fin.

Nunca compartas datos confidenciales por mensaje o WhatsApp. Nunca se deben compartir datos bancarios, contraseñas personales o laborales u otro tipo de datos por mensaje o WhatsApp.

Cuidado con los mensajes de alerta. Nunca abras este tipo de mensajes de remitentes o números desconocidos -normalmente de bancos o entidades de crédito-, especialmente si te están incitando a hacer clic en un enlace o a compartir datos personales. Los mensajes de aviso (supuestas deudas, cuentas bloqueadas, pagos atrasados, alertas de cancelación) son una práctica habitual en el phishing. Aunque puedan asustarte o generarte curiosidad, no cedas al impulso de hacer clic antes de saber realmente si la fuente es creíble.

Cuidado con los mensajes de entidades conocidas, pero con un mensaje extraño. Si recibes un mensaje inesperado de una entidad o marca conocida invitándote a abrir un enlace, ignóralo y ponte en contacto directamente con la organización para averiguar si es cierto.

En las redes sociales hay que tener especial cuidado. La duplicación de perfiles de marcas, famosos o influencers es real y cada vez más habitual. Hay perfiles falsos de regalos que piden datos bancarios en plataformas desconocidas. También hay perfiles que envían mensajes masivos diciendo que has ganado un sorteo o incluso los que ofrecen productos directamente. En todos ellos, hay algo que los delata: el discurso suele ser dudoso, ya que el intento de ataque suele ser llevado a cabo por hackers internacionales que no entienden bien el idioma.

En caso de fraude bancario, avisa a tu banco: los bancos ya son conscientes de las situaciones de fraude, por eso han ido creando cada vez más mecanismos de seguridad a la hora de activar las tarjetas. Sin embargo, la duplicación de tarjetas o la pérdida de datos sigue siendo un problema sin resolver. Si has sufrido un phishing, cancela inmediatamente todas tus tarjetas y avisa a tu banco.

Ante la menor duda, denúncialo, ya que tu denuncia podría ser el primer aviso para denunciar la estafa. Protégete y protege a los demás de este tipo de estafas.


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